Es un virus feliz.
Un virus que ‘pica’. Pica mucho. Tanto que, a veces, se hace insoportable.
No te deja dormir, te mantiene despierto por la noches y, durante el día, te tiene ‘pegado’ horas y horas delante de Google Maps.
A mi me picó de muy joven. Creo que debía tener unos 17-18 años.
Todavía era pronto. Lo primero es lo primero. Tenia que esforzarme, estudiar, terminar la carrera y, entonces, volar.
Han pasado 12 años. He intentado ‘curarme’. El antídoto ha sido viajar. UK, California, Francia, Sudáfrica, Santo Domingo, Amsterdam, Irlanda, Indonesia, Sri Lanka, Australia… pero todavía ‘me pica’…
Me pregunto si, algún día, el virus desaparecerá y con él, esta sed que mantengo diariamente por conocer, vivir, experimentar, viajar.
Me cogería un vuelo a NY, Filipinas, Kenya, Argentina, Maldivas, Japón. ValeTudo . Me da igual. Lo único que quiero es conocer gente y conocer historias que me enriquezcan.
Una parte de mí se pregunta, ¿Cuándo vas a dejar de pensar en viajar y vas a empezar a tener una vida ‘estable’? ¿Eso es lo que hace la gente a los 30 verdad?
Lo que nos impone esta vida es que a los 30 ‘te toca’ emparejarte, tener hijos y vivir una vida normal. Una casa, un trabajo, un horario, una monotonía.
Me pregunto si esta vida es la que yo quiero vivir. La impuesta. La normal.
Quizás me revelo al mundo y le demuestro que ‘lo normal’ no va conmigo. Que me niego a separarme de este virus. Que este virus, no es malo sino diferente.
El que nace viajero, muere viajero.
Una feliz contagiada te saluda.
M.
Yo tengo 38 y el virus no se va con la edad.
pues si… creo que a mi me pasará lo mismo.
Sé como tu quieras ser y que la sociedad no te imponga sus reglas de “normalidad” 😉
Un besoteee!
🙂