Antes de empezar el viaje, la gente me preguntaba sino me daba miedo viajar sola. No, siempre fue la respuesta.

Es la primera vez que viajo sola. Siempre que he visitado algún país lo he hecho con alguna amiga.

Hoy puedo decir que la experiencia esta siendo de lo mas recomendable.

La sociedad en general tiene ‘pavor’ a la palabra soledad. Tiene para, mucha gente, una connotación negativa.

En este mismo instante, os puedo decir que estoy disfrutando la soledad como nunca. Sentada delante del mar, con mi ordenador, el sonido de las olas, la sonrisa de los locales, la brisa de esta magnifica isla – Gili Trawangan.

Hay muchas ventajas a la hora de viajar solo:

Cuando viajas en grupo, es mas difícil conocer a gente. Al estar solo, eres mas receptivo, entablas conversación con todo el mundo y todo el mundo entabla conversación contigo. Los locales de esta isla son increíbles. Cada dia conozco a alguien nuevo. Siempre se paran a hablar contigo y les encanta contar las historias que les ocurren con los turistas.

Raja, un local de 35 años, me ha contado las mil y una. Es el casero de mi cabaña. Hemos hecho muy ‘buenas migas’. Me dice dónde hacen las mejores pizzas, dónde esta la mejor fruta, el mejor local para bailar y me lleva con él como si fuera una más. Ayer salimos a tomas unas cervezas y conocí a muchos de sus amigos. Le pregunté sobre su salario en la isla y me dijo que cobraba 1.5 millones de rupias. Trabaja mas de 10h al día y cobra $150 al mes. Aun así, intentaba invitarme a una cerveza y siempre ofrece un cigarrito a la gente. Es simplemente, impresionante. Son buena gente y además generosa.

Viajar solo es poder hacerlo donde y cuando uno quiera sin tener que contar con nadie. No tienes que comentar con tu compañero lo que quieres visitar, a que hora te quieres levantes o si te apetece cenar arroz y no pizza. Eres libre, haces lo que quieres, cuando quieres y en el momento que quieres.

Por otro lado, viajar en soledad es una forma de encontrar tiempo para ti mismo, para pensar en lo que quieres hacer y, sobretodo, para descansar y relajar la mente, muy importante después de un periodo de estrés en el trabajo.

Me encanta caminar por la calle y ver caras nuevas cada día. Evidentemente, todas ellas, siempre sonrientes dado el lugar en el que nos encontramos.

Viajar en soledad puede ser aquel reto que necesitas para descubrir tu capacidad de superación personal, tu nivel de autonomía y tu independencia puesto que todas las decisiones dependen de ti.

Lo mejor de todo de viajar solo es saber que cuando vuelvas, tu familia, amigos y seres queridos estarán allí esperándote y volverás a casa con una gran experiencia a tu espalda y gran cantidad de nuevos amigos.

Créeme, si tienes un viaje en mente y consigues compañero, no abandones, sigue tu camino, hazlo, no te arrepentirás.

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