Vacaciones. Que bien suena. Uri y Natalia llegaron a Sydney el 21 de Julio desde Barcelona para pasar unos 20 días en Australia. Organicé una ruta de lo más variada con la ayuda de Tash del Flight Center (07 3847 4833). Por cierto, muy recomendable si necesitas organizar un viaje por Australia con tu familia o amigos.
La ruta es la siguiente:
- 2 días completos en Sydney con JetLag incluido
- 4 días en Byron Bay
- 4 días en Cape Tribulation / Bosque Daintree
- 3 días en Port Douglas
- 4 días de relax en Hamilton Island.
En Sydney visitamos lugares típicos como la Opera House, los jardines botánicos, The Rocks, hicimos un poco de shopping por el centro y cogimos el ferry a Manly para disfrutar tanto del skyline de Sydney como del buen rollito de esta especie de pueblo situado a tan sólo 30 minutos de la ciudad. Nos encantó alojarnos en la zona de Surry Hills situada a 30 minutos caminando del centro. Un suburbio muy recomendable, lleno de barecitos y restaurantes buenísimos,
Tras dos días escasos en la ciudad, volamos hasta Byron Bay ($110 por persona con Virgin) donde pasamos 3 días de relax, caminatas al faro en busca de ballenas, visitas a todas las playas posibles, sunsets y sunrises y visita obligada a Yamba para conseguir fotos de cerca con los canguros salvajes.
Para mi, empezaron las vacaciones el día que volamos a Cairns. En dos horitas y media de vuelo nos plantamos allí ($194.50 por persona con Jetstar) en busca de un clima más cálido. Necesitaba unos días de desconexión total así que me atreví a reservar una casa en medio del Bosque Daintree en Cape Tribulation en el que sabía que no íbamos a tener ni wifi ni cobertura. Que bien se está cuando no suena el teléfono. No es la primera vez que visito el bosque así que sabía que a Uri y Natalia les iba a impresionar. Es un must see en Australia.
En el aeropuerto de Cairns alquilamos un coche para toda semana. Nos costó $233 por 8 días. Es decir unos $30 al día con East Coast. Comimos en el centro de Cairns y dimos una vuelta. Sinceramente, la ciudad en sí no tiene nada y la piscina natural (lo más bonito) estaba en obras así que decidimos marcharnos.
Antes de hacerlo, nos pasamos por el súper y cargamos el coche con comida, café, té, vinito, cervecita y todo lo que necesitábamos para 3 días en medio de la nada.
La carretera de Cairns hasta el ferry que te transporta hasta el Parque Nacional Daintree es espectacular. Una carretera de curvas en la que no puedes dejar de mirar el paisaje. Me recordaba un poquito a la Great Ocean Road en Melbourne pero con las aguas mucho más calmadas y de un color turquesa que te saca un ‘wow’ en cada curva.
El famoso parque, Patrimonio de la Humanidad, está situado a 1.500km al norte Brisbane y a 100km al norte de Cairns. Está rodeado por playas de arena blanca interminables en las que, por desgracia, no puedes bañarte y por bosques frondosos de árboles y palmeras de todo tipo. Caminar por alguno de sus caminos es como estar literalmente en medio de la selva. En todas y cada una de las entradas a las playas y ríos hay avisos sobre el peligro del mar y advierten que hay medusas peligrosas, en este caso la famosa Box Jellyfish, y cocodrilos de agua dulce y salada.
Para llegar a Cape Tribulation tienes que cruzar la Daintree River. Hay una plataforma en la que te subes con el coche y te transporta en 5 minutos. El coste de la plataforma es de $26 por coche (ida y vuelta). La señora que te vende el ticket, además de darte el tiket, te da proporciona un mapa de la zona y un folleto en el que te advierte de los peligros del bosque con los cocodrilos. Hace gracia una de las advertencias: ‘Si te caes del barco al agua, sal lo más rápido que puedas’ entre otras.
Tras cruzar el río, nos encontramos con una carretera por en medio de la selva tropical llena de curvas. Uri comentaba que parecía que estuviéramos en la peli Jurassic Park. Increíble. Que bonito. Tras algo más de una hora de curvas llegamos a nuestra casa. Nos quedamos boquiabiertos. Que maravilla de casa.
Lo tiene todo. Solo se escuchan los pajaritos, el viento y los grillos. Mañana os sigo contando. Ahora me voy a por un vinito y un poco de queso.
M.